Si estos jardines hablaran… ¿Cuántas veces habremos paseado por aquí? Hemos desgastado suelas y suelas por estos lares. Gracias a un pequeño pero carismático acompañante, en este murito hemos visto amanecer (legañas puestas seguramente), tomado el sol, leído libros, cantado en alto (los cascos tienen una capacidad gran de abstracción) y mil cosas más!
¡Ya era hora de volver a disfrutarlo!
Debemos reconocer que con lluvia o viento la cosa cambia un poco; pero la verdad, terminas disfrutándolo igual igual!!
Miss you!!